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Juan Ignacio Blanco  

 

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Ernest ELMES

 
 
 
 
 

 

 

 

   
 
 
Clasificación: Asesino
Características: Parricida - Descuartizamiento - Crimen sin cadáver
Número de víctimas: 1
Periodo actividad: 12 septiembre 1953
Fecha de nacimiento: ???
Perfil víctimas: Su esposa de 37 años
Método de matar: Golpes martillo
Localización: Tottenham, Londres, Inglaterra, Reino Unido
Status: Se suicida Septiembre 1953
 
 
 
 
 
 

Mató a martillazos a su mujer, descuartizó el cuerpo y lo incineró en las calderas de una fábrica de alambres, de las que era el encargado.

Ernest Elmes trabajaba en una fábrica de alambres de Tottenham, al norte de Londres, y se encargaba de las calderas. Él y su esposa Rose Winifred, de 37 años, formaban la «perfecta pareja suburbana».

Un sábado del mes de septiembre de 1953 Alan Watson, el vecino de Elmes, estaba en su jardín cuando oyó un grito que describió como de mujer procedente de la casa de los Elmes. Dada la aparente devoción que los cónyuges se profesaban el uno al otro, el grito quedó grabado en la mente de Watson.

Unos días después Ernest Elmes se presentó en la comisaría de Tottenham para informar de la desaparición de su esposa, y el detective inspector Weston -quien se encargó de interrogar a Elmes- recordaría que tanto la historia como el estado del hombre que la contaba le habían parecido bastante sospechosos.

Elmes estaba nervioso y desaseado, y se había mordido las uñas casi hasta la cutícula; aunque, naturalmente, era posible que sólo fueran las señales externas de la angustia y la desesperación sufridas por un hombre que afirmaba haber sido abandonado por su esposa.... ¡y que, además, se había escapado con un policía! Los arañazos que había en el rostro de Elmes resultaban menos fáciles de explicar, y su historia de que él y el policía habían llegado a las manos por Rose sólo sirvió para aumentar las sospechas de Weston.

Cuando Ernest Elmes volvió a su trabajo después de varios días de ausencia, se disculpó ante John McCave, su encargado, explicándole que su mujer le había abandonado. Se había marchado de casa..., ¡con un marinero! También habló con Margaret Bowers, una compañera de trabajo, y le confesó que su esposa se había escapado con un policía.

Elmes sugirió que la caldera necesitaba una buena limpieza -lo que McCave interpretó como un gesto conciliador para hacerse perdonar aquellos días de ausencia-, y dijo que no le importaría ocuparse de ello. El encargado accedió y Elmes puso manos a la obra.

El asesinato es un acto realmente fácil de cometer. Cualquiera puede cometer un asesinato, y hay quienes lo comenten y se convierten en asesinos. La parte más difícil, como descubren inevitablemente todos los asesinos, es deshacerse del cadáver. Ernest Elmes era un hombre afortunado, pues contaba con su propio crematorio particular.

Ahora sabemos que Elmes golpeó a la pobre Rose con un martillo hasta matarla, ya que la policía encontró el martillo cuando registró su casa. Sabemos que cortó el cuerpo en pedazos, cosa demostrada por las señales que la sierra dejó sobre los huesos que el patólogo Francis Camps encontró en la caldera de la fábrica. Las varias hojas de sierra manchadas de sangre que se encontraron en la casa confirmaron sus observaciones; y que la tarea había sido difícil y horrible quedaba claro por las grandes manchas de sangre que había en las paredes y el suelo.

¿Y el motivo? El motivo era una conductora de ambulancia a la que Elmes conoció en un curso de primeros auxilios y con la que estableció lo que al principio había sido una relación tranquila de cariz platónico. Ernest acabó diciéndole que su esposa le había abandonado. La chica estaba dispuesta a creerle, con lo que abrió paso a la posibilidad de una relación más íntima.

Elmes le contó que la policía le había interrogado sobre la desaparición de su esposa, lo que quizá fuera un intento de hacer más creíble su historia. El domingo siguiente la chica fue a su casa con la intención de consolarle. Llamó a la puerta; volvió a llamar, repitió la llamada... Empezó a preocuparse, por lo que fue a la parte trasera de la casa, entró en la cocina llena de gas y descubrió la razón de que Elmes no hubiera contestado a sus llamadas en la puerta principal.

Brian Lane - "Los Carniceros"

 

 

 
 
 
 
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